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jueves, 1 de junio de 2017

El proceso de venta personal.

La venta personal es aquella en la que existe un contacto directo entre vendedor y comprador. 


Tiene dos modalidades: 

Dentro del establecimiento: mostrador, mercados, autoservicios, ferias y establecimientos en fábricas.

Fuera del establecimiento: industrial y comercial a establecimientos, visitadores de prescriptores, domiciliaria, ambulante y de autoventa.

Venta de mostrador:
Dentro de la venta personal, la de mostrador se caracteriza por la atención que el cliente encuentra en el establecimiento por parte de un vendedor que trata de averiguar lo que necesita el cliente y vendérselo.

Venta en mercados.
La venta en mercados incide principalmente en productos de alimentación y en ciertos casos en otros relacionados con la misma: cocina, limpieza. Los mercados más tradicionales son los mayoristas o «de abastos», los municipales al menor y las cooperativas de ventas.

Venta en autoservicio y «merchandising»
Los autoservicios permiten al cliente ver y recoger directamente los productos de una estantería lineal, colocarlos en una cesta o carretilla y pagarlos en la caja de salida.

Ventas en ferias y salones.
Las ferias y salones de exhibición y shows comerciales son manifestaciones realizadas en locales especiales o en hoteles y otros salones organizados sistemáticamente, a veces son ocasionales, para contactar a las empresas expositoras con una serie de visitantes convocados por los promotores de las ferias y por las empresas participantes.

Ventas en la propia fábrica.
Algunas empresas montan tienda en su propia fábrica o en locales próximos y ofrecer sus productos normales o con pequeños defectos a precios especiales.

Venta industrial y a tiendas.
La venta personal exterior e industrial es la de bienes y servicios a nivel de mayorista, sean revendedores en tiendas, comercios, usuarios empresariales o instituciones. Hay menos vendedores industriales que al consumidor final pero el volumen de ventas es mayor.

Venta a prescriptores.
Los visitadores o venta a prescriptores constituyen una especialidad delicada ya que se venden básicamente ideas: de nuestros productos y marcas son los que el prescriptor puede prescribir con más éxito.

Venta Domiciliara.
Hay varias clases de venta domiciliaria, por ejemplo la puerta fría, la más difícil de todas, en la que se presenta el vendedor sin previo aviso. Como vender así es casi imposible, porque la gente no se fía y no abre, esta venta suele ir precedida de un aviso telefónico o por carta.

Venta ambulante.
La venta ambulante es cualquier tipo de comercialización realizada fuera del establecimiento permanente en instalaciones desmontables o móviles: son básicamente los mercadillos pueblerinos semanales en los que se ofrece una variedad de artículos.

La autoventa.
En la autoventa, el vendedor ofrece productos perecederos que fabrica una determinada industria –helados, dulces, pan o bebidas- siguiendo una ruta marcada y recogiendo los envases vacíos al tiempo que repone existencias.